viernes, 14 de marzo de 2008

No country for old men


Tras meses de espera, pude ver la multipremiada obra de Joel y Ethan Coen.
Los que decían que es una joya, el mejor trabajo de los hermanos, la justa ganadora del Oscar a Mejor Película... concuerdo con ellos en casi todo (no sé si es la mejor película de los Coen, que de todas maneras jamás hicieron nada desastroso).
El argumento es sencillo: un individuo encuentra una valija con billetes buscada por grupos de narcotraficantes. Como corresponde, se pudre todo, principalmente gracias a Anton, un asesino que mata a la gente como si fuera ganado. En el medio, un sheriff viejo y a punto de retirarse.
Como verán, una historia clásica. Por eso lo más interesante no es tanto el qué como el cómo: la manera en que fue filmada, sin estridencias; los personajes, quienes nunca reaccionan con sorpresa, como si ya se hubieran resignado a vivir en ese mundo cada vez más violento en el que vale todo. Coincido con el periodista Guillermo Hernández cuando dijo que, en No country..., los Coen filmaron el Apocalipsis. Y, por sobre cualquier cosa, es saludable estar ante un guión sin estupideces ni clichés, un alivio si es que uno viene de ver cosas como 10.000 AC.
Ya lo decía el semidios Hugh Hefner: la diferencia entre muy bueno y excelente está en el detalle. En un primer momento se puede pensar que el personaje de Tommy Lee Jones sirve como una mera excusa para explicar lo que vemos, pero así y todo sigue funcionando en la película. Uno no podría sacarlo.
No, no me olvidaré de Javier Bardem. Ya era uno de los mejores actores de España y también del mundo, pero este papel lo catapultó a un nivel superior, que seguro ni él mismo imaginó nunca. Su Antón Chigurh ya trepó al Monté Olimpo de los villanos cinematográficos (aunque, en mi opinión, no supera a Bill McKinney en Deliverance). Si bien puede parecer un cuasi Terminator, una máquina asesina sin talón de Aquiles, pero, según los realizadores, funciona como una representación del mundo en el que vivimos, un ser más allá del bien y del mal. En ese sentido, es un poco como Hannibal Lecter.
En definitiva, y aunque la repentina muerte de unos de los protagonistas me confundió un poco -según los Coen, ya era así en la novela de Cormac McCarthy en la que se basa-, No country for old men (o Sin lugar para los débiles, como le pusieron acá), bien vale la pena.
Ahora quiero leer la novela. Me dijeron que es un caño.

3 comentarios:

JUAN dijo...

Ya sabes que no coincido en casi nada. Me parece que el guión en varios momentos no cuida el verosimil, que el personaje de TLJ nunca se engancha del todo bien (funciona más que nada como la voz reveladora de verdades de los Coen), ue el villano Chigurgh no esta ni por asoma a la altura de los mejores (Lecter es 10.000 veces más complejo y rico), etc, etc.

Además los Coen sí tienen películas flojas y olvidables (¿quién se acuerda ahora que hace poquito nomás filmaron "El quinteto dela muerte"?),y unas cuantas por demas intrascendentes.

En esta me peleo con todos

Saludos

Alejandro the Kitsune-san dijo...

coincido con vos 110 %

yo vi la peli y me encanto

es una de las mejores de estos años

un nivel exquisito

la historia esta muy bien, las actucion inolvidables

y todas los aspectos tecnicos son impecables

es muy buena y alq ue noe le gusta que vaya ver a los cavernicolas lindos

Anónimo dijo...

MATIAS ACA SEBA, SALIO EL PROUST AYER , FIJATE.COMO VA TODO? MAN NOS VEMOS PRO9NTO