domingo, 29 de junio de 2008

La niebla, de Frank Darabont


Esta noche de neblina impenetrable resulta ser la ocasión ideal para por fin escribir esta nota.
Aunque ya casi está desapareciendo de la cartelera porteña, no puedo dejar de darle espacio a La niebla. Me refiero a la niebla más reciente, la que está basada en una novela de Stephen King y dirigida por el groso Frank Darabont, no a aquella joyita de John Carpenter a la que, sin embargo, no tiene nada que envidiarle.
Si bien me dije que no iba a escribir una nota tan extensa y detallada en mi blog, esta vez no logro contenerme.

El libro
El Rey Esteban escribió The mist (tal es su título original) en 1976, para una antología que estaba preparando Kirby McCauley, su agente literario de aquel entonces. Al principio no se le ocurría nada, cosa que fastidia a todo creador. Después de una tormenta, King y su familia fueron de comprar al supermercado. Mientras buscaba pan para salchichas, el escritor se imaginó que un pájaro prehistórico irrumpía en el lugar, provocando destrozos. A partir de esa alocada idea escribió un cuento largo, que integró la antología Dark forces.
Pero King pensaba expandir la historia y la convirtió en una novela de casi doscientas páginas.
El argumento es muy simple: varias personas quedan atrapadas en un supermercado por una densa niebla que surge de repente. Para peor, en la bruma habitan desde seres de tentáculos monstruosos hasta arañas del tamaño de un Fiat 600, pasando por otros bichos igual de asquerosos y mortíferos. Los sobrevivientes, en vez de ponerse de acuerdo para salir del embrollo, empiezan a descontrolarse. El dibujante —y narrador de esta historia— David Drayton, su hijo y un par más parecen mantener la cordura, pero otro tanto, liderados por esa fanática religiosa que es la señora Carmody, tiene planes tan terribles como la desconocida amenaza exterior.
El mismo Stephen la definió como un homenaje a las películas de doble programa que veía de chico: “... igual que El Álamo, pero dirigida por Bert I. Gordón”.
Lo cierto es que no llega a ser de las obras magnas del autor —como sí es el caso de, entre otras, Carrie, La zona muerta y las nouvelles que componen Las cuatro estaciones— y el argumento gente-encerrada-y-bichos-queriendo-entrar no es nada nuevo. Basta recordar Los pájaros, parte de la filmografía de Carpenter y casi todas las películas de muertos vivos de George A. Romero. De hecho, el mismísimo King recurrió varias veces a la premisa, incluso en su única —y fallida— incursión como director de cine: Ocho días de terror. De todas maneras, la novela está hiper bien contada y te atrapapara no soltarte jamás, como esos horribles apéndices.
El autor de Maine publicó la nueva The mist en su libro de cuentos Skeleton Crew, que para la edición en habla hispana fueron divididos en tres libros diferentes: La niebla, La expedición e Historias fantásticas.
Aunque Skeleton crew vio la luz en 1985, el proyecto de llevar The Mist a la pantalla grande data de 1978. El guión estuvo a cargo del escritor Dennis Etchison, un especialista en literatura fantástica oscura. Aunque King se la imaginaba de bajo presupuesto, hecha en blanco y negro (para reforzar la idea del homenaje), en pantalla ancha y con monstruos más sugeridos que mostrados, Etchison tenía otros planes: "La realidad del mercado cinematográfico indicaba que la deberíamos filmar en color, no en blanco y negro, pero sí podíamos hacerla con estilo de grano grueso, tal como se veían los films de Roger Corman de la década del '60". Igual, Stephen dio el Okey.
El proyecto parecía en marcha. Hasta se hablaron de actores como Roy "Tiburón" Scheider, Blythe Danner (la mamá de Gwyneth Paltrow) y Randy Quaid. También se realizaron storyboards para que el responsable de los efectos especiales Carlo Rambaldi —creador de E.T.— calculara los costos. Debieron ser muy caros, ya que la iniciativa fracasó.
Pero el trabajo de Etchison no fue en vano: en 1984, Tom Lopez, de ZBS Foundation, lo adaptó para la radio, para después editar la grabación en formato de audiobook con resultados muy exitosos.
Pero todavía era tentador ver una historia tan visual en el cine. Frank Darabont lo sabía y compró los derechos para filmarla él mismo.

La película
Luego de adaptar magistralmente lo mejor de Stephen King en Sueños de libertad y Milagros inesperados (sin mencionar el corto de 1983 The woman in the room), Darabont concretó la película de La Niebla recién en 2007.
Si bien este realizador nacido en Francia era famoso por dirigir dramas, siempre amó el género fantástico y de terror: comenzó en la industria como escenógrafo de pelis clase B y escribió los guiones de la estupenda Pesadilla 3: los guerreros del sueño (tal vez la mejor secuela de la saga) y de La mancha voraz, remake ochentosa que supera a la original de los ’50 protagonizada por SteveMcQueen.
O sea, un pibe del palo, y eso se nota en el film: "Me sentí listo de hacer algo completamente diferente a lo que hice hasta ahora. El film es una oportunidad para volver a mis raíces en el horror. Realmente quería volver al género que siempre amé. También quería tratar una manera diferente de filmar. Quería dejar de lado la dolorosa perfección en favor de una suerte de 'guerrilla fílmica', filmando lo más rápido posible y de manera completamente inexpresiva gracias al material disponible. Algunos de los mejores films de terror han sido filmados con presupuestos muy pequeños y con plazos imposibles, y esa era la tradición que quería continuar".
Por eso filmó la película en pocos días, sin tantos millones de costo, sin estrellas, y con parte del equipo técnico de la serie The shield, que tiene un estilo inmediato y realista.
Darabont se caracterizó por adaptar fielmente el trabajo de King, y hasta mejorarlo. La niebla no fue la excepción.
La historia es muy fiel al libro, y también a su doble lectura: en determinadas situaciones, nosotros, los seres humanos, somos capaces de los actos más atroces, que nos hacen peores que cualquier bestia sobrenatural. Podemos notar cómo la utilización del miedo sirve para manipular a las masas, motivo por el que algunos críticos la vincularon con la situación actual de los Estados Unidos. En cuanto a las Lovecraftianas criaturas, por momentos se hace evidente que fueron hechas por computadora, pero igual resultan aterradoras, sobre todo cuando las vemos atacar fuera del supermercado, en medio de la niebla.

Los único cambios más radicales: en la novela, la señora Carmody (una Marcia Gay Harden que asusta) era una anciana. Y en cuanto al final... No, no revelaré nada, pero sí comentaré las diferencias entre uno y otro. El del texto de King es un poco más abierto y, más allá de algunos detalles, no te deja tranquilo. El ideado por Darabont parece ir por la misma dirección, pero le da una vuelta de tuerca que lo convierte en el final más subversivo y shockeante desde el que Romero inventó para La noche de los muertos vivos. Un final bien hijo de puta. Según Frank D., a King le encantó, y hasta se lamentó por no habérsele ocurrido a él.
En síntesis, La niebla es una excelente película de terror a la vieja usanza (el director se encargó de darle una onda retro con algunos elementos contemporáneos, como celulares). Un producto atípico en la época dominada por Eli Roth, Alexandre Aja y Rob Zombie, quienes no me caen mal, ojo.
Ojalá King y Darabont sigan dándonos nuevas maravillas. Por lo pronto, Frank planea concretar la largamente esperada nueva versión de Fahrenheit 451, esa genialidad de Ray Bradbury.

Curiosidades
En los primeros fotogramas vemos a David Drayton (el genial pero muy subvalorado Thomas Jane) preparando una ilustración. Lo que está dibujando, al igual que los otros posters que cuelgan de la pared, son obra de Drew Struzan, ese artista tocado por Dios que supo crear posters de las sagas de La guerra de las galaxias y de Indiana Jones, entre muchas cosas.

Siguiendo con los posters, uno pertenece a El enigma de otro mundo, de Carpenter (film muy relacionado con la trama de The mist), y el que está terminando David hace referencia a la serie de La Torre Oscura, escrita por Mr. King.

¿Recuerdan que el gran Stephen soñaba ver a su novela como una peli en blanco y negro? Frank Darabont le dio el gusto en uno de los discos de la edición en DVD. ¡Mataría ver esa versión toda black & white!

martes, 24 de junio de 2008

Oingo boingo

En realidad, pensaba postear una nota sobre la película La niebla. Como todavía no la escribí, se me ocurrió subir este video que enganché hoy por VH1.
Antes de convertirse en el músico fetiche de Tim Burton, el siempre genial Danny Elfman supo ser una estrella pop ochentosa con Oingo Boingo. Esta superbanda era un desprendimiento de Mystic Knights of Oingo Boingo, compañía teatral vanguardista que Danny lideraba junto a su hermano Richard. El desempeño de tan particular agrupación puede apreciarse en el fim de culto (muuuy de culto) Forbidden zone.
Bueno, los dejo con el video del tema “Just another day”.

viernes, 20 de junio de 2008

The Curious Case of Benjamin Button-TRAILER

Se viene la nueva película que reúne por tercera vez a Brad Pitt con el grosísimo director David Fincher. Basada en un cuento de F. Scott Fitzgerald, The Curious... cuenta la historia de un señor que nace a los 80 años (¿?) y, en vez de envejecer más, rejuvenece (¡¿?!). O sea, el ciclo biológico le funciona al revés.
Además de Brad, en el elenco hay gigantes como Cate Blanchett, Elias Koteas, Tilda Swinton y Jason Flemyng.
De la unión Pitt-Fincher salieron obras maestras como Pecados capitales y El club de la pelea. Ojalá lo hagan otra vez.
A continuación, un avance.

martes, 17 de junio de 2008

Stan Winston (1946 – 2008)


Terminator, Depredador, los dinosaurios de Jurassik Park, El joven manos de tijera... Son sólo algunas de las más recordadas creaciones de este genio de los efectos especiales. Un genio que nos acaba de dejar.
A pesar del mieloma múltiple que el domingo terminó con su vida, Stan Winston seguía en actividad. Suyo es el traje de Iron Man, y se encontraba supervisando los FX de la próxima secuela de Terminator. Pero además de brindar su talento a directores como James Cameron, Steven Spielberg y Tim Burton, Stan –un fanático del género fantástico y de terror- dirigió la entretenida Pacto del demonio y produjo obras como Camino hacia el terror.
Gracias, Stan, por tantas maravillas. Te vamos a extrañar.

lunes, 16 de junio de 2008

Australia, de Baz Luhrmann

Trailer de una de las películas que más estoy esperando. Luhrmann, Kidman, Jackman. Ojalá sea toda lo grandiosa que promete.

jueves, 12 de junio de 2008

Granate por una noche


Otra prueba de que el Diego sigue siendo un grande: en un partido amistoso entre Lanús y Talleres de Remedios de Escalada, destinado a recaudar fondos para este último (fue declarado en quiebra), jugó un rato para el granate y hasta hizo un gol. De esta manera, puedo decir que Maradona -nacido en esa parte del Sur bonaerense- vistió la camiseta del otro mejor equipo del fútbol argentino.

miércoles, 11 de junio de 2008

Ese tanque del alma

Hace más de un mes comenzaron a desembarcar las primeras superproducciones de Hollywood 2008. Por diferentes motivos, no estuve escribiendo sobre ninguna. Pero algunas valen demasiado la pena como para dejar pasar unos breves comentarios.

Meteoro
Un amigo mío la analizó desde el punto de vista de una obra pop. A mí también me cabe el pop. Me encanta Baz Lurhmann, por ejemplo.
Si bien su visión es acertadísima, ni de esa manera me gustó Meteoro. Es como ver un videojuego interminable, de contenido pobrísimo, protagonizado por grandes actores muy desperdiciados (empezando por Emile Hirsch, el Meteoro en cuestión), y un chico y un mono irritantes. Los hermanos Wachosky vuelven a abusar de la tecnología por computadora. Al menos, ahora no inventaron una trama complicada para demostrar que son tipos inteligentes. (bueno, uno de ellos muy “tipo” no es).
Todavía pienso que hubiera matado realizar la versión de la historia que, hace diez años, casi filmó Alfonso Cuarón. Su idea del asunto: el drama de una familia que debe lidiar con la perdida de un hijo. ¿Suena muy lacrimógeno? Tal vez por eso el proyecto no prosperó.
Otra cosa: Trixie (Cristina Richie), la novia de nuestro héroe, es muy parecida físicamente a la madre del pibe (Susan Sarandon). ¿Complejo de Edipo?

Iron Man: el hombre de hierro

Las películas basadas en comics no piensan parar. Y menos tras el éxito descomunal –y muy merecido- de Iron Man.
Robert Downey Jr. encontró en Tony Stark el papel de su vida, incluso más que el de Chaplin. Pocos superhéroes son tan extrovertidos y cínicos como el bueno de Tony. Esa incorrección política que Jr. le otorga al personaje es comparable a lo que supo hacer Johnny Depp con su Jack Sparrow. Si bien no leí la historieta, tengo entendido que Mr. Stark ya era medio reventado.
El actor y director Jon Favreau logra un estupendo equilibrio entre historia, actuaciones y efectos especiales, cosa que ahora no abunda.
Después de verla, uno se queda con ganas de más. Esperemos que la secuela, prevista para 2010, no defraude.

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal
Sin duda, Steven Spielberg es el maestro indiscutido a la hora de lograr el equilibrio entre historia, actuaciones y FX. Y lo vuelve a demostrar en la demasiado esperada cuarta entrega de Indiana Jones.
Sí, Harrison Ford está un poco grande, pero se la recontra banca a la hora de saltar de jeeps en movimiento y de luchar cuerpo a cuerpo contra el matón de turno. La química con Shia LaBeouf es impagable. Tampoco quiero dejar de mencionar a otros titanes como Cate Blanchett, Ray Winstone, John Hurt y Jim Broadbent, aunque su papel es mínimo. Sean Connery sólo aparece en un portarretrato.
Para volver a ser un niño.

Veremos qué tal estarán Hulk: el hombre increíble, El súper agente 86, la de Pixar, Kung Fu Panda y Batman: el caballero de la noche, tal vez la peli más esperada del año.

miércoles, 4 de junio de 2008

El incansable

—Ana.
No necesito darme vuelta: tengo esa puta voz grabada en la mente. Sigo caminando.
—¡Ana!
Apuro el paso.
—¡No te vayas!
¡Andate, pendejo de mierda!
Pero se adelanta y queda frente a mí.
Héctor es narigón, desaliñado, está lleno de granos; viste pésimo, huele peor... ¡Y encima le gusto!
—Escuchame un momento, Anita —dice, y casi se arrodilla.
—No tengo ningunas ganas de escucharte —digo.
Miro a nuestro alrededor. Nadie, ni siquiera pibes de otros cursos. El colegio había quedado lejos.
—Dale, Ana —trata de agarrarme la mano, pero retrocedo—. Por favor.
Cierro los ojos, bufo. Siento que voy a explotar. Trato de contenerme. No puedo. Me tiene los ovarios por el piso.
—¡Ningún por favor, nene! —le grito—. ¡Me tenés harta! Metételo en la cabeza: si es no, es NO.
Héctor baja esa mirada de pollito mojado.
—Ya lo sé —responde en voz baja—. Me lo dijiste muchas veces.
—¡Y entonces qué carajo hacés acá! Escuchame: van como seis meses que me venís rompiendo las bolas.
—Solamente dije lo que siento por vos.
—La primera vez te lo dije bien clarito: “Lo que vos sentís por mí, yo no lo siento por vos”. Creo que fui muy clara, Héctor. ¿O acaso no lo fui?
El boludo traga saliva.
—Parece que no, porque seguiste acosándome todo el tiempo —Imitando su voz, digo—: “Te amo, Ana”, “Sos el amor de mi vida”, “¿Querés ir al cine?”, “¿Vamos a McDonald’s?”... ¡Me cansaste, nene! ¡ME CAN-SAS-TE!
—Es que no podía evitarlo —dice, abriendo bien los ojos—. No me lo podía guardar. Sos demasiado hermosa. Tenés unos ojos de cielo, y tu pelo...
Me extiende una mano para tocarme un mechón, pero me doy media vuelta y sigo caminando.
Héctor camina junto a mí. Le digo que desaparezca.
—No sabés nada —me dice, y parece a punto de llorar—. Vos pensás así porque nunca amaste a nadie.
No quiero seguirle la corriente, pero lo hago.
—Claro que amé —digo.
—No creo.
—Estuve re enamorada de alguien.
—¿De quién?
—De Brian.
Se queda perplejo.
—¿Brian? —pregunta—. ¡Ah! El tarjetero que viene los viernes.
—No, ese es Kevin —digo—. Brian labura en “Pachá”. Era lindo y arrogante, como a mí me gustan. O sea, nada que ver con vos.
—Lo sé. Pero lo dejaste.
—Sí, lo dejé.
—Entonces eso no fue amor, Ana. El verdadero amor es para siempre.
No puedo creer las pelotudeces que estoy escuchando.
Héctor vuelve a ponerse delante de mí. Trató de pasar por un costado, pero saca un revolver del pantalón y me apunta a la cabeza.
Me quedo paralizada. Nunca me habían apuntado con un arma.
—¿Por qué no me amás, Ana? —abre mucho los ojos—. ¿Tan feo soy? ¿Tan estúpido te parezco? Te comento que no soy ningún idiota.
No puedo hablar. Estoy bloqueada. Tiemblo.
Escucho que una puerta se abre. Alguien dice:
—¡Qué está pasando, che!
Me doy vuelta. Un viejo asoma por una puerta de dos casas más atrás.
—Estoy harto de que se metan —dice Héctor, le apunta y dispara. El tiro da contra la pared. El viejo logra meterse en la casa y cerrar la puerta.
Tengo que controlarme, digo para mis adentros. Pero tiemblo y comienzo a llorar.
Héctor me agarra de los pelos y dice, apretando los dientes:
—No entiendo. ¿Qué le ves a esos tarjeteros de mierda? ¡NO SON NADA! —y le da una patada a la pared.
Le ruego que me suelte, pero vuelve a tironearme de los pelos y presiona el caño de la pistola contra mi sien. Está helado. Tiemblo aún más. Siento que me vejiga se afloja. Incontrolables chorros de orina me bajan por las piernas. Noto que otros vecinos se asoman por las ventanas.
—En la escuela todos tienen razón: aunque seas muy linda y tengas un culo deseable y tetas decentes y labios como los de Angelina Jolie, sos una pelotuda. Sos de esas minas que mejor se casan con un tipo de plata porque no saben hacer un carajo. Pero yo te amo igual. Nunca me vas a entender. Seguramente nunca vas a entender de amor. Ni de amor ni de nada. Pero te amo.
Me besa en la boca a la fuerza. Intenta meter la lengua a la fuerza. Noto que nunca besó a nadie en su vida. También me doy cuenta de dos hombres que se aproximan por detrás de Héctor, como si pretendieran detenerlo. Pero el maníaco deja de besarme, se da vuelta y les apunta.
—¿No se puede tener un poco de privacidad? —grita.
Pienso rápido y, tratando de que no me tiemble la voz, le digo:
—Yo también te amo.
Héctor parpadea.
—En serio —le toco la cintura—. Perdoname. Antes no me di cuenta. Pero ahora... Ahora soy tuya. Podemos tener una muy buena rela...
Aparta mi mano con el arma y dice:
—Estoy loco de amor, pero no soy tarado. ¿Te pensás que me creo cualquier mentira? Se nota que nunca quisiste conocerme. Pero ya fue. Te juro que partir de hoy, nunca más vas a querer a ningún hombre —y me apunta a la frente.
Cierro fuerte los ojos.
Nada.
—¡ABRÍ LOS OJOS, CARAJO!
Los abro con cautela.
Héctor se mete el caño del arma en la boca y dispara.

domingo, 1 de junio de 2008

Festival de cine inusual, pero del mejor

Si ustedes pensaban que el Bafici era el único festival de cine independiente hecho en Argentina, no saben cuánto se equivocan.
Entre el 22 y el 29 de mayo se realizó el IV festival de Cine Inusual de Buenos Aires. Creado por los Primordiales Silvia Romero y Fabián Sancho, el evento contó con una competencia oficial de largos y cortos argentinos, además de secciones dedicadas a recorrer films por lo general de bajo presupuesto, malditos, realizados por fuera de cualquier industria y que muy pocas salas se atreven a exhibir, y también algún clásico olvidado.

Foto de acreditación.

Puedo afirmar que el Inusual es un festival de cine de verdad independiente: Para empezar, no hubo crédito del Insituto de Cine. Silvia presentaba cada película, mientras que Fabián se hacía cargo de la proyección. Ellos mismos hacían casi todo, aunque este año contaron con la ayuda de la coordinadora técnica Vanesa Aluffi, y del cineasta y docente Fernando López.


Un cine anticonvencional

En la sala 1 del Complejo Tita Merello y en el microcine del Enerc, un público fiel pudo disfrutar de películas poco y nada conocidas en esta parte del Globo, en las que el riesgo artístico está a la orden del día.
Entre los competidores podía observarse a algunos especialistas del género como Tetsuo Lumiére, Germán Magariños, Luis Sosa Arroyo y Javier Diment. Jimmy Crispin también aportó lo suyo, pero para filmar el inquietante spot del evento.
Un servidor todavía lamenta no haber podido asistir la mayoría de las jornadas. Algunas de las promesas de joyitas que me quedaron por ver: Pola X (1999), de Leo Carax; El hombre anfibio, película rusa de comienzos de los ’60; Chastity (1969), protagonizada por Cher, y Dogs in space (1987), producción australiana con Michael Hutchance en el elenco.
Sí pude disfrutar de perlitas en las que me gustaría detenerme:

This is England (2006): Un crudísimo retrato de jóvenes ingleses skinheads a comienzos de los ’80, luego de la guerra de las Islas Malvinas (aunque ellos les dicen Facklans). Dos curiosidades: la película está dedicada a la madre de Thomas Toorgose el niño protagonista, quien murió sin poder ver el resultado final. Stephen Graham (el Tommy de Snatch-cerdos y diamantes), quien hace del líder de los cabeza rapada, ¡es de padre negro!
Dirigida por Shane Medaws, quien supo darnos otra patada con 24/7.

The notorious Betty Page (2006): Mary Harron, la correcta directora de Yo le disparé a Andy Warhol y Psicópata americano, se despachó con este muy interesante biopic sobre la controvertida modelo erótica de los ´50. En algún momento se dijo que el proyecto sería dirigido por el glorioso Martín Scorsese y protagonizado por Liv Tyler. Pero a no preocuparse: la película de Aarón se ve casi toda en un acertado blanco y negro, y de Betty Page hace Gretchen Moll. No será una estrella la chica, pero de vez en cuando aparece y no tienen problemas en mostrar. Si son fanáticos de ella, no pueden dejar de verla.

Gente entrando a la Sala 1 del Tita Merello.

Death Proof (2006): Sí, es la película dirigida por Quentin Tarantino que pertenece al doble programa Grindhouse. La historia de un doble de riesgo (Kurt Russell) aniquilando chicas en las rutas norteamericanas es muy divertida y ultra tarantinesca (es decir: mucho diálogo y toneladas de referencias a otros films). No obstante, muchos dicen que no logra superar a Planet terror, el segmento de Robert Rodríguez.

Thriller, una película cruel (1974): Siguiendo con el bueno de Quentin, a la hora de realizar su Kill Bill, tomó elementos de esta oscuridad made in Suecia, dirigida por un ex asistente de Ingmar Bergman y estelarizada por actores porno. Madeleine, una muchacha del campo queda muda tras ser abusada por un lugareño. Claro que peor le va cuando un sujeto la secuestra para volverla adicta a las drogas y prostituta. El resultado: ven-gan-za. Pese a algunos groseros errores de guión y otros detalles, sigue siendo un plato muy fuerte para los cinéfilos más valientes.

Fabián y Silvia charlan con el público tras la función de Thriller...

Shinjuku Triad Society (1995): Uno de los primeros excesos de Takashi Miike. Si lo de ustedes son los mafiosos orientales, las muertes ultraviolentas, drogas y sexo duro, entonces no pueden dejar de verla. Shinjuku fue la película sorpresa que cerró el festival.

Otras gemas inconseguibles que se proyectaron fueron Tratamiento de shock, especie de secuela de The Rocky horror picture show-orgía de horror y locura; Los ojos de la muñeca rota, dirigida por Carlos Aured, con Paul Naschy; la muy polémica Viva la muerte (1971), de Fernando Arrabal, y no podía faltar algo de Jesús Franco, en este caso, con Lust for Frankenstein (1998). Además se dio el documental sobre su carrera, Llámale Jess (2000).

Además de las proyecciones, se realizaron cursos de Introducción al Tokusatsu (cine y televisión fantásticos oriundos de Japón), dictado por el especialista Daniel Vigide Agre, y otro de Introducción al cine bizarro, a cargo del crítico y docente Alberto Farina.


Los premios

El jueves 26, pasadas las 20 hs, el Microcine del Enerc fue escenario de las premiaciones correspondientes. Entre los presentes estaba el director Fernando Spiner, tal vez el único capaz de hacer buena ciencia-ficción en Argentina, y el embajador de Corea (vale recordar que una de las secciones del festival consistió en comedias pop de ese país).

La entrega de premios.


Los premios en cuestión: chanchitos dorados (creados por Lorena Oporto).

El jurado de la Competencia de Cortometrajes Argentinos —compuesto por el redactor Leandro Álvarez, la actriz y cantante Natacha Méndez y el periodista Ricardo “Poyo” Castro— declaró desierto el premio al mejor trabajo, pero otorgó menciones, como la que recibió el talentoso Salvatore Luccerto por su demoledor 2077. En lo personal me sentí muy contento, porque con el muchacho estudiamos juntos.

Salvatore (el primero a la derecha) recibe la mención.

En cuanto a los largos, el jurado —integrado la dramaturga Mariela Asensio, el director teatral José María Muscari (ambos ausentes con aviso), el actor/músico Andrea Prodan y el periodista Amadeo Lukas— premió mayormente a Caro verde, de Ernesto Aguilar. Según contó en los agradecimientos, Ernesto filmó la película casi en solitario con su novia.

Ernesto Aguilar no puede estar más feliz.

Todos juntos para la foto final.

Finalizada la entrega, todos a beber vino y a charlar en el hall del Enerc.
El inusual es muy, muy interesante festival de cine, que no tiene la difusión que merecería. Algo que con el correr de las ediciones va a cambiar.
Ahora queda esperar hasta el año que vienen. En tanto, Romero y Sancho ya tienen en mente organizar muestras de films transgresores y otros emprendimientos para mover la obra de los realizadores que siguen apostando por un cine no comercial.
Sólo resta decir: ¡Vivan los festivales y películas independientes DE VERDAD!

Fernando López (izquierda) ofició de barman.

Organizadores y cineastas compartiendo un buen momento.