sábado, 26 de julio de 2008

Batman: el caballero de la noche

Era la película más esperada del año. No sabía cómo hacer para bajar las expectativas. Batman inicia era excelente, pero estaba demasiado seguro de que El caballero de la noche redefiniría el concepto de genialidad.
Y no me defraudó.

Domingo 20 de julio.
Un Día del Amigo que sería histórico. Moría de ganas por ver la película. Como no tenía ganas de ir solo, decidí invitar a un amigo. En este caso, al gran Darío Díaz, con quien no me veo seguido. De hecho, antes de aquel día nos encontramos dos veces en tres años. En esas reuniones se portó de lo mejor conmigo, y me dije: “Debo recompensarlo”. Así que fuimos al Cinemark de Puerto Madero, sala 5, función de las 16:30. No, no somos de curtir esa clase de ambientes, pero nos quedaba bien. Quienes concurrieron a las salas de la mencionada cadena de cines saben que las pantallas no son demasiado grandes, pero Darío y yo pudimos ubicarnos bien adelante y en el centro, de manera que teníamos una vista envidiable.
Tras la tanda de avances (el más demente fue el de Black Sheep. ¡Buenísimo que la estrenen!), empieza la película.

No soy consumidor de comics. Los pocos que leí no eran precisamente de superhéroes, sino Hellblazer (en el que se basaron para Constantine, con Keanu Reeves), Sandman y viñetas del supremo Bernie Wrightson.
Sin embargo, eso no me impide disfrutar de películas basadas en historietas: las sagas de X-men y de El hombre araña, la subvalorada Hulk de Ang Lee, la injustamente maltratada El castigador, protagonizada por Thomas Jane y John Travolta. Iron Man...
Como a la mayoría de los mencionados colosos, a Batman lo conocí más por el cine y la televisión que por el noveno arte. Un personaje que tuve enfoques muy diferentes. Imposible olvidar la serie setentosa, un delirio psicodélico bastante simpático. Pero el Encapotado se volvió más familiar para las nuevas generaciones mediante las piezas góticas de Tim Burton. Batman está bien. En su momento era la película, pero no soportó el paso del tiempo. Batman vuelve la supera, seguramente porque se nota mucho más la mano del director de El gran pez. Eso sí, ¿Michael Keaton como el Hombre murciélago? Nunca se entenderá.
Luego vino Joel Schumacher con su delirio psicodélico nada simpático y cagó la fruta. Okey, Batman eternamente zafa, en gran parte gracias a Jim Carrey. De Batman y Robin sólo vi los primeros quince o veinte minutos.
¡Uy, cómo me colgué, carajo! Ya dije que Batman inicia me encanta, así que pasemos a la peli que nos ocupa.

Robos de bancos, mafiosos queriendo adueñarse de las calles, corrupción policial, asesinatos a sangre fría... Ciudad Gótica es el mismísimo Gehena (el Infierno, bah). Sólo uno pocos se mantienen incorruptibles: el teniente Jim Gordon (Gary “ya no sobreactúo más” Oldman), el fiscal Harvey Dent (Aaron Ekhart) y Bruce Wayne (Christian Bale), claro que en su faceta de justiciero enmascarado. Los tres pretenden encarcelar a la mugre humana que contamina la ciudad y restablecer el orden. Pero en ese precioso momento hace acto de presencia un personaje amoral, sanguinario, carismático, portador de una eterna sonrisa gracias a heridas en la boca. Un individuo que –cuchillo en mano- no se cansa de preguntar: “Why so serious?”.
Quienes la compararon con el cine de Scorsese y de Michael Mann no se equivocaban. Es un policial bien duro, pero con Batman y el Guasón.
Y el resultado es... es... ¿Supremo? ¿Irresistible? ¿Brutal? No, los adjetivos no alcanzan.
Alabado sea Christopher Nolan. Desde Following, su ultra independiente ópera primera, este director inglés no deja de entregarnos films sombríos, complejos, obsesivos, impredecibles, plagados de saltos temporales y protagonizados por antihéroes que tocan fondo para luego redimirse. Aun cuando pasó a filmar superproducciones de Hollywood, jamás dejó de lado ni las historias ni los personajes (si no, se llamaría George Lucas). En Batman: el caballero... tira la carnicería entera al asador y logra su obra cumbre, sin dudas. ¡Gracias por darle al Encapotado un enfoque tan crudo y realista!
En cuanto a los actores, todos exactos. Christian Bale empezó a caerme bien desde El maquinista y ahora, ya consagrado como el mejor y más introspectivo Batman, lo considero uno de los grandes. Maggie Gyllenhaal reemplaza a Katie Holmes en el papel de Rachel Dawes, y, como dicen todos, le calza mejor. ¿Y qué puedo agregar sobre Michael Caine, Morgan Freeman, Aaron Ekhart y Gary Oldman? Hasta aparecen actores más de culto, como Eric Roberts y Anthony Michael Hall.
Y sí, es imposible no dedicarle un párrafo a Heath Ledger. Un actorazo al que siempre admiré. El Guasón que supo componer Jack Nicholson era más un payaso criminal, sólo admirado por los fanáticos del viejo Jack (no es mi caso). Pero el Joker ideado por Nolan y Ledger es, dicho de manera educada, EL MÁS DEPRAVADO HIJO DE MIL PUTAS. Un asesino psicópata capaz de secuestrar a una niña para violarla, arrancarle los ojos, hacérselos masticar y tragar, violarla otra vez y rociarla con ácido. Aclaro que nada de esto pasa en la película, eh (pero no falta mucho. Eso sí: otro personaje de la película pretende dañar a un chico). ¿Por qué te tuviste que morir, Heath? ¡Es la actuación de tu carrera! ¡Te apoderás de cada fotograma! Ah, mandale saludos a James Dean y a Brandon Lee.
Resulta tentador contar detalles de la película, pero no quiero estropearles la vida a quienes aún no la vieron. ¿Quedó alguien sin hacerlo, eh?

“Una de las mejores películas que vi en mi vida”, le dije a Darío apenas comenzaron los créditos finales. A él también le fascinó. Y no pudimos dejar de hablar al respecto en todo el camino rumbo a la parada del 74, colectivo que debía tomar para volver a casa (como esa noche era un quilombo viajar y tuve que tomar el 100, pero esa es otra historia).
Dos días después la vi de nuevo. No, ya no me sorprendí como la primera vez, pero la recontra disfruté. ¡Cómo quisiera volver al pasado para verla y deslumbrarme como al principio!

Al ver The Dark Knight uno piensa: “El mundo puede irse a la mismísima mierda, pero, al final, vale la pena hacer las cosas bien, aunque eso signifique que seamos pocos y que se pierdan muchas cosas en el camino. Sí, a pesar de todo vale la pena”. Algo como lo que decía Morgan Freeman al final de Pecados capitales.
Y eso se aplica perfectamente al clima de Pre-Apocalipsis actual.

Un poquitín entusiasta esta nota, ¿verdad? Desde ya pido perdón por error ortográficos y otros deslices.

Los dejo con dos fotos de aquel histórico 20 de julio.


Sala 5, donde vimos esa maravilla. La saqué antes de que un encargado me dijera que no podía hacerlo.

Darío Díaz, un tipazo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yugs, daw nabasahan ko naman ni sa iban nga blog?

Anónimo dijo...

Probably I can say with this blog make, more some interesting topics.

Patetico Hombrecillo dijo...

Y si, es un peliculon. No se si este guason la violaria y destriparia una y otra vez a la niña. En todo caso, quizas le pondria un revolver en la sien al padre y lo obligaria a violarla y asesinarla. El sadismo al maximo, la maldad absoluta.

El mejor Batman, sin dudas

Matías Orta dijo...

Jajajajajajaja, buenísimo eso último.

Briks dijo...

no queria decirlo pero me resulta absolutamente imposible resistirme...


muy atinado ir a ver Batman con un pariente lejano de Bruno Diaz







(si, ya se...)

JUAN dijo...

Te cuento que acabó de ver Wall-e y le anoto un puntito más que a a la del encapotado. Esta barbará.

Tiene mucho de eso que a las películas de Nolan le falta: corazón.

Buena tu crónica del día del amigo y la película

Alejandro the Kitsune-san dijo...

muy buen post

me hiciste acordar de brandon lee, otro que en su ultimo papael estubo maquillado

para mi es la mejor pelicula en años

nos vemos amigo michifus

Andrés dijo...

Muchas gracias por tu comentario!

También te agrego a mis links.

Espero que estés bien, saludos!