jueves, 17 de febrero de 2011

El cisne negro


Imaginen una mezcla de Roman Polanski con David Cronenberg, y súbanla a la enésima potencia.

El resultado sería El cisne negro, una de las películas más perversas, extrañas, obsesivas, tenebrosas, paranoicas, sensuales, sexuales e irresistibles que se hayan filmado jamás. Una historia sobre lo lejos que nos puede llevar la búsqueda de la perfección, sobre cómo nos conectamos con el lado más podrido de nosotros mismos, sobre la ambición más oscura.

Sin dudas, la obra cumbre de Darren Aronofsky y su consagración definitiva como director, como artista en general. Aquí combina lo mejor de sus dos mejores opus anteriores: Réquiem para un sueño y El luchador. Hay delirio visual, pero también cámara en mano registrando la destreza de los protagonistas. Hay personajes en busca de la gloria absoluta, pero que deben batallar contra sus más terribles demonios personales.

El trabajo de Natalie Portman es física y psicológicamente soberbio, preciso, atrevido. El mejor de su carrera. Ya tiene ganado el Oscar a mejor Actriz.

En un mundo ideal, El cisne negro debería ser también la gran candidata a ganar Oscars por Película y Director, ya que es la OBRA MAESTRA en competencia, junto con El origen, Red social y Toy Story 3 (que al menos se llevará el premio por Mejor Película de Animación). Ojo, muy buenas 127 horas y El discurso del rey, pero lo nuevo de Aronofsky las supera por muchísimo.

Si quieren ver la primera genialidad cinematográfica del 2011, no se pierdan El cisne negro.

No hay comentarios: