Domingo 6, alrededor de las 10 de la mañana.
El día era cálido (por momentos sofocante) como los de los últimos tiempos. Entonces, ¿por qué no aprovechar el día e ir a tomar aire libre? El destino de varios, al menos en la Zona Sur, fue ir al Polideportivo de Lanús.
Mientras numerosas familias se preparaban para almorzar, jugar debajo de la arboleda de quincho o zambullirse en los piletones (de gran convocatoria), el primer equipo de Lanús, EL FLAMANTE CAMPEÓN DEL FÚTBOL ARGENTINO entrenaba a full. A las órdenes del magnánimo Ramón Cabrero, y bajo un sol que no daba tregua, los jugadores trotaron, hicieron ejercicios, todo con vista a los compromisos del año, que no son pocos ni poca cosa. Además del campeonato, el equipo tendrá la chance de jugar el repechaje para competir por primera vez en su historia la Copa Libertadores de América. El rival: el Olmedo de Ecuador.
Eso sí es puro sacrificio.
Ahora Lanús mudó su base de operaciones a Mar del Plata, para realizar la pretemporada.
¿Se vienen nuevos logros granates? La respuesta es más que obvia.
El día era cálido (por momentos sofocante) como los de los últimos tiempos. Entonces, ¿por qué no aprovechar el día e ir a tomar aire libre? El destino de varios, al menos en la Zona Sur, fue ir al Polideportivo de Lanús.
Mientras numerosas familias se preparaban para almorzar, jugar debajo de la arboleda de quincho o zambullirse en los piletones (de gran convocatoria), el primer equipo de Lanús, EL FLAMANTE CAMPEÓN DEL FÚTBOL ARGENTINO entrenaba a full. A las órdenes del magnánimo Ramón Cabrero, y bajo un sol que no daba tregua, los jugadores trotaron, hicieron ejercicios, todo con vista a los compromisos del año, que no son pocos ni poca cosa. Además del campeonato, el equipo tendrá la chance de jugar el repechaje para competir por primera vez en su historia la Copa Libertadores de América. El rival: el Olmedo de Ecuador.
Eso sí es puro sacrificio.
Ahora Lanús mudó su base de operaciones a Mar del Plata, para realizar la pretemporada.
¿Se vienen nuevos logros granates? La respuesta es más que obvia.
Con Walter Riboneto adelante, los jugadores trotan alrededor de la cancha ubicada en un costado del sendero que conduce a los quinchos.
Mientras un grupo hacía ejercicios, otra tanda (entre ellos, Chiquito Bossio, el Rodo Graieb y Agustín Pelletieri) descansaba en la sombra.
El equipo sigue a los trotes, pero en el buen sentido.
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