miércoles, 11 de junio de 2008

Ese tanque del alma

Hace más de un mes comenzaron a desembarcar las primeras superproducciones de Hollywood 2008. Por diferentes motivos, no estuve escribiendo sobre ninguna. Pero algunas valen demasiado la pena como para dejar pasar unos breves comentarios.

Meteoro
Un amigo mío la analizó desde el punto de vista de una obra pop. A mí también me cabe el pop. Me encanta Baz Lurhmann, por ejemplo.
Si bien su visión es acertadísima, ni de esa manera me gustó Meteoro. Es como ver un videojuego interminable, de contenido pobrísimo, protagonizado por grandes actores muy desperdiciados (empezando por Emile Hirsch, el Meteoro en cuestión), y un chico y un mono irritantes. Los hermanos Wachosky vuelven a abusar de la tecnología por computadora. Al menos, ahora no inventaron una trama complicada para demostrar que son tipos inteligentes. (bueno, uno de ellos muy “tipo” no es).
Todavía pienso que hubiera matado realizar la versión de la historia que, hace diez años, casi filmó Alfonso Cuarón. Su idea del asunto: el drama de una familia que debe lidiar con la perdida de un hijo. ¿Suena muy lacrimógeno? Tal vez por eso el proyecto no prosperó.
Otra cosa: Trixie (Cristina Richie), la novia de nuestro héroe, es muy parecida físicamente a la madre del pibe (Susan Sarandon). ¿Complejo de Edipo?

Iron Man: el hombre de hierro

Las películas basadas en comics no piensan parar. Y menos tras el éxito descomunal –y muy merecido- de Iron Man.
Robert Downey Jr. encontró en Tony Stark el papel de su vida, incluso más que el de Chaplin. Pocos superhéroes son tan extrovertidos y cínicos como el bueno de Tony. Esa incorrección política que Jr. le otorga al personaje es comparable a lo que supo hacer Johnny Depp con su Jack Sparrow. Si bien no leí la historieta, tengo entendido que Mr. Stark ya era medio reventado.
El actor y director Jon Favreau logra un estupendo equilibrio entre historia, actuaciones y efectos especiales, cosa que ahora no abunda.
Después de verla, uno se queda con ganas de más. Esperemos que la secuela, prevista para 2010, no defraude.

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal
Sin duda, Steven Spielberg es el maestro indiscutido a la hora de lograr el equilibrio entre historia, actuaciones y FX. Y lo vuelve a demostrar en la demasiado esperada cuarta entrega de Indiana Jones.
Sí, Harrison Ford está un poco grande, pero se la recontra banca a la hora de saltar de jeeps en movimiento y de luchar cuerpo a cuerpo contra el matón de turno. La química con Shia LaBeouf es impagable. Tampoco quiero dejar de mencionar a otros titanes como Cate Blanchett, Ray Winstone, John Hurt y Jim Broadbent, aunque su papel es mínimo. Sean Connery sólo aparece en un portarretrato.
Para volver a ser un niño.

Veremos qué tal estarán Hulk: el hombre increíble, El súper agente 86, la de Pixar, Kung Fu Panda y Batman: el caballero de la noche, tal vez la peli más esperada del año.

1 comentario:

JUAN dijo...

Así que uno de los Wachoski se la morfa?

Y sí... Meteoro divide aguas (o pistas)

Que bueno lo de Indiana!