Martes 15, después de las 18 Hs.
Cerca de las 19 llegué al Abasto. La idea: meterme en uno de los cócteles de las películas en competencia. Hasta tenía entradas. De pronto aparece mi amigo Juan Schmidt, con entradas para Tirador, película que yo también deseaba ver. Así que fuimos juntos a la sala 11.
Tirador es una crudísima producción filipina, que no se anda con chiquitas a la hora de mostrar robos, piratería, drogas y violencia entre adolescentes y tortura por parte de policías. Encima, está filmada en un estilo cámara en mano, lo que por momentos la hace ver como un capítulo de Policías en acción. Para estómagos fuertes.
Terminada la función, Juan y yo tratamos de ingresar en el espacio Bafici, pero todavía no era la hora. Entonces nos separamos, ya que él tenía par ver Smiley face, de Gregg Araki, y yo, Yo dormí con un fantasma.
Pero paso lo siguiente: al llegar a la Lugones, me dijeron que la copia de ese clasicazo estaba en muy mal estado y que podía reclamar el dinero, cosa que hice.
Entonces fui para el Atlas Santa Fe, donde darían Smiley face. Un cartel decía “Agotada”, pero igual pregunté al boletero y resulta que quedaba una. ¡Perfecto!
Lástima que la peli no estuvo a la altura. Yo había visto cosas de Araki: la juvenil y extravagante Nowhere, la comedia romántica Splendor... Acá sigue presente su estilo pop, colorido y musical, pero la historia de una drogadicta tratando de solucionar sus problemas durante un día se hace muy repetitiva. Se hace cansador ver a la protagonista toda la película hecha pelota por la pipa. De todas maneras, el público la disfrutó. Yo esperaba más.
Cerca de las 19 llegué al Abasto. La idea: meterme en uno de los cócteles de las películas en competencia. Hasta tenía entradas. De pronto aparece mi amigo Juan Schmidt, con entradas para Tirador, película que yo también deseaba ver. Así que fuimos juntos a la sala 11.
Tirador es una crudísima producción filipina, que no se anda con chiquitas a la hora de mostrar robos, piratería, drogas y violencia entre adolescentes y tortura por parte de policías. Encima, está filmada en un estilo cámara en mano, lo que por momentos la hace ver como un capítulo de Policías en acción. Para estómagos fuertes.
Terminada la función, Juan y yo tratamos de ingresar en el espacio Bafici, pero todavía no era la hora. Entonces nos separamos, ya que él tenía par ver Smiley face, de Gregg Araki, y yo, Yo dormí con un fantasma.
Pero paso lo siguiente: al llegar a la Lugones, me dijeron que la copia de ese clasicazo estaba en muy mal estado y que podía reclamar el dinero, cosa que hice.
Entonces fui para el Atlas Santa Fe, donde darían Smiley face. Un cartel decía “Agotada”, pero igual pregunté al boletero y resulta que quedaba una. ¡Perfecto!
Lástima que la peli no estuvo a la altura. Yo había visto cosas de Araki: la juvenil y extravagante Nowhere, la comedia romántica Splendor... Acá sigue presente su estilo pop, colorido y musical, pero la historia de una drogadicta tratando de solucionar sus problemas durante un día se hace muy repetitiva. Se hace cansador ver a la protagonista toda la película hecha pelota por la pipa. De todas maneras, el público la disfrutó. Yo esperaba más.
Restos de comida y Sin aliento.
La grilla del Hoyts. ¡Qué rápido se agotan las localidades!
Aunque un poco desenfocada, la entrada para Smiley face. Lástima la peli...
Juan y yo nos fotografiamos mutuamente y al unísono.
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