jueves, 30 de abril de 2009

II Cine Fest Brasil-Buenos Aires


Entre el 23 y el 29 de abril se realizó el II Cine Fest Brasil-Buenos Aires. Durante una semana, un público numeroso concurrió a la Sala 12 del Village Recoleta para ver las más recientes producciones cinematográficas brasileñas. No es necesario recordar que son demasiado pocas las películas del país vecino que se estrenan comercialmente en cines locales. Las únicas excepciones: “tanques” con mucho propaganda (generalmente gracias a premios obtenidos en festivales) como Ciudad de Dios, Carandirú, Tropa de élite y algún que otro caso.
Lo interesante del evento fue la variedad en la programación. Debido a títulos como los arriba mencionados, el común de la gente comenzó a pensar que en Brasil sólo se filman historias crudas y violentas ambientadas en favelas o en algún otro lugar sórdido. Si bien hay películas con esa temática, como Última parada 174, la segunda edición del Cine Fest nos mostró un espectro más amplio, que incluye comedias, dramas y documentales.
¿Algunos ejemplos?
Mi nombre no es Johnny ya fue comentada cuando la proyectaron el año pasado durante la Semana del Cine Brasileño, pero bien vale hacer memoria. Está película --la más exitosa de su país en 2009--, nos muestra el auge y la caída de João Guilherme, un joven de clase alta devenido en el narcotraficante más duro de Río de Janeiro allá por los años 90. Si bien las actuaciones están bien y tiene sus momentos, no dejar de ser una producción correcta.
Bella noche para volar es una historia de amor disfrazada de thriller político, en la que no faltan elementos dignos de un biopic, ya que cuenta veinticuatro horas en la vida de Juscelino Kubitschek, presidente de Brasil desde fines de los ’50 hasta comienzos de los ‘60. Un grupo de militares insurrectos decide atentar contra el mandatario y tomar el Poder. JK desconoce el complot y se dedica a hacer su trabajo, al tiempo que anhela reencontrarse con un viejo amor. Un entretenido film, en el que resalta la labor de José de Abreu, el actor que interpreta a Juscelino. El director Zelito Viana estuvo presente y, al finalizar la proyección, respondió algunas preguntas y recibió elogios por parte del público.
Fumando espero comienza como un documental que la cineasta Adriana L. Dutra realiza sobre su difícil proceso de abandonar la adicción al tabaco. Pero no permanece allí: también se indaga en la historia del cigarrillo, las alarmantes estadísticas, los secretos de la industria tabacalera y cómo la publicidad contribuyó a aumentar el consumo. Un película indispensable para fumadores, ex fumadores, a quienes desean abandonar el vicio y para los que nunca probaron. Ideal para ver en un doble programa con El informante, de Michael Mann.
Salvo Fumando espero y Mi nombre no es Johnny, el resto compitió por el Lente de Cristal a la mejor película, que se otorgó por el voto del público. La ganadora: Última parada 174. Esta gran película de Bruno Barreto viene de representar a Brasil en los Oscar por Mejor Película Extranjera.
En definitiva, el balance del festival es más que positivo, con una asistencia de alrededor de 3.000 espectadores.
Esperemos que se den las condiciones para que sigamos teniendo más Cine Fest Brasil-Buenos Aires. Porque las pelis que vienen de Hollywood están bien, incluso muy bien, pero nunca es malo conocer la filmografía de otros países.

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