martes, 5 de mayo de 2009

Negocios son negocios


Las películas de gangsters de Martin Scorsese (y luego las de Tarantino) pegaron muy fuerte en la industria del cine británico. Basta recordar obras como Bestia salvaje, de Jonathan Glazer; No todo es lo que parece, protagonizada por Daniel Craig, y casi todas las de Guy Ritchie.
Uno de los más nuevos y más vibrantes exponentes de este subgénero es The business. Estrenada en 2005, fue dirigida por Nick Love, realizador inglés que viene de la televisión y realizó Hooligans, diario de un barrabrava, vista acá hace unos años.
The business es la historia de un muchacho (Danny Dyer, protagonista de Hooligans), que vive en los suburbios de Londres y desea desesperadamente ser alguien. Tras cometer un acto muy violento, acepta el encargo de llevar un “paquetito” a Costa del Sol, España. Al llegar se encuentra con un Paraíso, muy distinto a la brumosa Inglaterra. Rápidamente se transforma en empleado del destinatario del paquete, un prófugo que vive como un rey. Claro que la base de su fortuna viene del narcotráfico y de otros negocios oscuros. El joven protagonista pronto se ve envuelto -mejor dicho, elige verse envuelto- en un mundo plagado de glamour, traiciones, muerte, y, por supuesto, mujeres fatales.
La película está ambientada en la década del ochenta, cuando el tráfico de cocaína estaba en su apogeo. La banda de sonido —uno de los puntos altos— permite ilustrar la época perfectamente. Suenan “Planet earth” de Duran Duran; “Modern love”, de David Bowie, “Avalon”, de Roxy Music; dos temas de Blondie y “Welcome to the pleasuredome”, de Frankie goes to Hollywood. Al final del film hay un chiste muy gracioso vinculado a esta banda disco famosa por su hit “Relax”. En una entrevista, el director se hizo cargo: no pretendía tanto indagar en el mundo del hampa como capturar la esencia de los eighties.

¿Cómo pueden verla? Búsquenla en DVD zona 1, aunque suelen emitirla por cable con el nombre de La entrega.




(Nota publicada originalmente en Chak Films).

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