viernes, 3 de octubre de 2008

Fin de semana de locura: noche

Anochece.
Pese a estar fisurados, el ánimo de los Picadores no decae. Todo lo contrario.
Un grupo se dedica a prender un fogón en un extremo del espacio verde, lejos de la casa. Echan ramas, troncos, corteza, y de repente se eleva una hermosa llamarada. Hace mucho que no estoy tirado junto a un fogón, junto a pibes que cuentan anécdotas o tocan la guitarra y el bongo. Uno de esos momentos que nunca se van de la mente de uno (a no ser que sufra de Alzeimer).
En tanto, en la casa, Capa –también presente en la fogata al principio- se ubica frente a su Notebook y hace de DJ. Se improvisa una pista de baile. Imposible no moverse al ritmo de Bee Gees, Michael Jackson, Blur, Capoeira, música electrónica, hip hop y demás. Joni es uno de los más exaltados. “No puedo parar”, dice en un momento, y explota en carcajadas.
En un momento de relax, cenamos lo que quedó de picada. Al poco tiempo no queda nada, pero nada: ni comida ni agua, apenas algo de vino. De todos modos, eso no impide que sigamos pasándola de lo mejor.
Petete saca unas bandejas musicales, se mete en su faceta de DJ JuanMan y pincha unos discos (o cd’s). Pasa remixes de New Order, entre otras grandes bandas. No importa la resaca, hay que moverse igual.
Aunque se ve casi todo oscuro, los videos logran captar la esencia de esa noche.
Pasadas las 3 de la madrugada, algunos empiezan a acotarse a dormir. Yo me armo una cama con los almohadones de un sillón y con una sábana que me presta un muchacho que vive o frecuenta la casa. Antes de quedarme planchado, logro conocer el revolucionario método para tomar mate creado Joni: sin bombilla, sorbiendo la infusión como si fuera un mate cosido, aunque uno se manche con yerba.
Sí, estuvimos bien.
Bien pasados de revoluciones.


Anocheciendo.

No podía faltar el fogón.

Ale descansa un rato.

Petete y el Heavy lo acompañan.

La pantalla de la Notebook desde la que se programaba la música.

No hay comentarios: